En un entorno empresarial marcado por la
incertidumbre tecnológica, geopolítica y social, las juntas directivas deben
evolucionar de órganos de supervisión a verdaderos motores de anticipación
estratégica. Contar con una estrategia clara, recursos adecuados y un liderazgo
competente es esencial. Además, según Camelia Ilie Cardoza, rectora de INCAE
Business School, es la gobernanza sólida, prospectiva y basada en valores la que
articula y potencia todos estos elementos para lograr una competitividad
sostenible.
Durante su conferencia “Juntas Directivas de Alto Rendimiento”, Ilie planteó que la
gobernanza ya no puede centrarse únicamente en el cumplimiento ni en la
corrección del pasado, sino que debe enfocarse en anticipar futuros posibles y
construir confianza institucional de largo plazo.
“Las juntas no están para resolver el pasado, sino para anticipar el futuro. Deben
convertirse en guardianas de la visión, la sostenibilidad y el pensamiento
estratégico a largo plazo”, afirmó.
A partir de esta premisa, compartió cinco claves para que las juntas directivas
fortalezcan su impacto en la región:
1. Modelos de gobernanza adaptados al contexto
Aunque existen modelos como el europeo (dual), el americano (unitario) o el
japonés (basado en consenso y colaboración entre empresas relacionadas
—keiretsu—), lo importante no es replicarlos, sino adaptarlos al contexto
organizacional. Una gobernanza eficaz equilibra agilidad, control de riesgos y
legitimidad frente a todos los grupos de interés.
2. Composición y dinámica de alto rendimiento
La efectividad de una junta no depende solo del currículum de sus miembros, sino
de su capacidad real de aportar valor. Esto implica diversidad de pensamiento,
independencia de criterio, sensibilidad contextual y disposición a formular
preguntas incómodas.
La relación entre el CEO y la presidencia del consejo debe estar basada en
confianza, respeto mutuo y roles bien definidos: supervisar, guiar y cuestionar de
forma constructiva.
3. Evaluación continua del desempeño
Las mejores juntas implementan procesos sistemáticos de evaluación del CEO,
del board como cuerpo colegiado y de cada uno de sus miembros. Alternar
evaluaciones internas y externas permite detectar puntos ciegos, fortalecer la
cultura de mejora continua y profesionalizar la toma de decisiones.
4. Agendas orientadas al futuro
Una agenda de alto rendimiento no gira únicamente en torno a reportes
financieros. Debe centrarse en los temas que marcan el rumbo organizacional:
estrategia, innovación, sucesión de liderazgo, sostenibilidad y riesgos emergentes
como la ciberseguridad o la disrupción tecnológica. “Lo que se agenda revela lo
que realmente importa”, recordó Ilie.
5. Gobernanza prospectiva y capital intelectual colectivo
Ilie enfatizó la necesidad de incorporar comités estratégicos (de innovación,
sostenibilidad, riesgo), así como Advisory Boards que integren conocimientos de
disciplinas como la geopolítica, neurociencia, inteligencia artificial y psicología
organizacional.
Este enfoque permite desarrollar lo que definió como “Board Intelligence”: la
capacidad de pensar mejor juntos, más allá del conocimiento individual.
“Ser un buen ancestro no es solo un ideal moral, es una estrategia profunda de
sostenibilidad. Las juntas deben preguntarse: ¿Qué sociedad estamos ayudando a
construir? ¿Qué decisiones de hoy honran el bienestar de quienes vivirán dentro
de 100 años?”
Con esta visión, INCAE reafirma su compromiso de fortalecer el liderazgo
latinoamericano con perspectiva global, desarrollando capacidades institucionales
para anticipar, innovar y generar impacto con responsabilidad intergeneracional.